21 de octubre de 2012

El silencio no vota

No sé que pasará con las elecciones en Galicia y el País Vasco (es muy probable que en Galicia repita el PP y que en el País Vasco gane el PNV, aunque no se sepa hasta última hora si puede o no formar gobierno), lo que si sé es que cae la participación ciudadana en las urnas, (no llega al 50%), a pesar de los pobres intentos de los medios por animar a al gente a que acuda a los colegios electorales.

Votar es un derecho y no una obligación, algo evidente, pero al final, la mayoría de los que votan serán los que decidan el futuro, los que no votan, no cuentan. No sólo no cuentan, sino que no tienen derecho a quejarse de si tal gobierno lo hace bien o mal. Ir a votar no implica hacerlo hacia un lado u otro, vale también el voto nulo, y ese si es un mecanismo de expresión de un sentimiento, que parece generalizado en el estado Español.

Parece hipócrita y arrogante quejarse de un partido u otro sin ni siquiera acudir a las urnas. Por suerte o por desgracia, nuestra inmadura democracia solo nos permite manifestar nuestra opinión mediante las urnas (hay otros mecanismos, pero no son tan eficaces) tenemos pues que hacernos servir de ellos para que los que van a decidir que hacemos en el futuro y que rumbo escoge España para salir del atolladero, sean aquellos que la mayoría real de los Españoles quiere que sea.

La mayoría silenciosa está muy de moda últimamente, pero ni para uno ni para otros es más que una patraña absurda que no va a ningún sitio. La mayoría silenciosa es precisamente eso, silencio, y el silencio hasta la fecha no vota.

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