18 de febrero de 2013

Si Goya levantara la cabeza...

“Un segundo, tenemos que lamentar un error, nos han dado dos sobres. Es un error gordo, lo sentimos muchísimo”. Esta es la frase que lamentablemente va a pasar a la historia de la 27ª edición de los Premios Goya.

Pasando por alto la retaila de errores que hubo en esta edición, lo que riza el rizo del asunto, es la crítica política continua que se hace en estos premios. Se aprovecha la retransmisión de este evento, a su audiencia y al ente público para reivindicar unos derechos, que si, hay que reivindicar, pero en el lugar que corresponde.

Vivimos una época (parece mentira que sea el S XXI) en la que utilizamos cualquier contexto para las reivindicaciones políticas, véase el caso del deporte, con las pitadas al rey cada vez que hace acto de presencia, o los gritos independentistas en los campos de fútbol de Cataluña y País Vasco. También ahora se hace desde la posición privilegiada de una gala de Cine.

Algunos dirán que el Cine es cultura (que lo es) y que le afecta la subida del IVA, cierto, pero fuera de lo propio del sector, cualquier otra reclamación sobra. Estamos acostumbrados a que el Congreso de los Diputados no sirva para nada, que tenemos que hacer uso de cualquier otra plataforma para hacernos oír, y ese no es el camino.

Sin quitarle mérito a los gráciles recursos de Eva Hache, que nos hizo reír a todos (no es normal ver al Ministro Wert contra las cuerdas y sin vías de escape cerca), hay que decir que hubo un exceso de actos y palabras de protesta, y lo que debía ser una gala para festejar el mejor año del cine español, se convirtió, por desgracia, en el´ring de batalla de unos pocos.
 
 

Es cuanto menos paradójico que quienes claman al cielo por los recortes y por la política del gobierno, lo hagan vestidos de Versace o Armani, y que Javier Bardem, sentado al lado de su madre Pilar (con una chapita contra los recortes en sanidad) este precisamente sentado ahí, cuando el hizo cerrar una planta entera de un hospital de lujo para el nacimiento de su hijo, ¿Qué sabrá el lo que es esperar horas y horas tirado en un pasillo para ser atendido? Una vez mas, mal elegido el momento y mal elegido el lugar.

Que Antonio Bayona sea el mejor director por “Lo imposible”, que Maribel Verdú gane el premio a mejor actriz, o que José Sacristán sea galardonado por primera vez por su trabajo en “El muerto y ser feliz” queda en un segundo plano, cuando en realidad debería ser la noticia, y no si a tal actor o a tal actriz le pica esto o le molesta aquello.

Vía @sergionthebeach

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