No sé cuantos días, semanas o meses hace que Rafa Nadal perdió el nº1 del Ránking ATP. La cosa es que me da lo mismo, que ha vuelto, y lo hace desplegando el mejor tenis de toda su carrera (pese a su mal resultado en Wimbledon). Este año sólo ha ganado 10 títulos, US Open, Cincinnati, Canadá, su Grand Slam por excelencia, Roland Garros, Rome, Madrid, Barcelona, Indian Wells, y los Master Series 250 de Acapulco y Sao Paulo.
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| Rafa Nadal en Shangai. |
Además de ganar estos títulos, que recupere el número 1 es algo inédito en un tenista que lo perdió hace tanto tiempo, es la primera vez que un Nº1 que lleva tanto tiempo fuera de ese puesto en la lista de entradas lo recupera, y lo hace a pesar del excelente estado de forma de quien lo era hasta la semana pasada Novak Djokovik, quién además de derrotó en la final del ATP 1000 de Pekín.
Con esta interminable lista de títulos, cualquier balance o análisis queda en un segundo plano. La grandeza del deporte elevada a la máxima exponencia es Rafa Nadal. Transmite muchas cosas, eso es cierto, pero lo que me hace sentirme orgulloso de que este deportista sea Español, es la defensa que hace siempre y en cualquier lugar del mundo de los principales valores del deporte, la entrega, la deportividad y la limpieza en cada una de las veces que pisa una pista de tenis, una entrega de premios o una sala de prensa.
Con Nadal, nos pasa lo mismo que con Raúl González Blanco o Víctor Valdés, no valoramos lo que son, lo que hacen y lo que han conseguido hasta que ya no estén cada fin de semana en un torneo o un campo de fútbol (Alonso, Contador, Pedrosa..). El deporte español está de enhorabuena en esta primera década del SXXI, y por lo que parece parte de la segunda.
Vía @sergionthebeach
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